lunes, 2 de junio de 2014

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La diversidad visual es una realidad humana percibida de manera diferente en diferentes períodos históricos y civilizaciones. La visión que se le ha dado a lo largo del siglo XX estaba relacionada con una condición considerada deteriorada respecto del estándar general de un individuo o de su grupo.  El término, de uso frecuente, se refiere al funcionamiento individual e incluye discapacidad física,  discapacidad sensorial, discapacidad cognitiva, discapacidad intelectual, enfermedad mental y varios tipos de enfermedad crónica.
Por el contrario, la visión basada en los derechos humanos o modelos sociales introduce el estudio de la interacción entre una persona con diversidad y su ambiente; principalmente el papel de una sociedad en definir, causar o mantener la diversidad dentro de esa sociedad, incluyendo actitudes o unas normas de accesibilidad que favorecen a una mayoría en detrimento de una minoría.
También se dice que una persona tiene una diversidad si física o mentalmente tiene una función intelectual básica limitada respecto de la media o anulada por completo.
La evolución de la sociedad ha ido mejorando desde los años 1980 y se han desarrollado modelos sociales de discapacidad que añaden nuevas apreciaciones al término. Por ejemplo, se distingue entre un discapacitado (cuya habilidad es objetivamente menor que la de la media) y una persona con capacidades distintas de las normales y que -aunque no representa ninguna ventaja o inconveniente- a menudo es considerado un problema debido a la actitud de la sociedad o el hecho de que los estándares están basados en características medias.
Estos cambios de actitud han posibilitado cambios en la comprensión de determinadas características físicas que antes eran consideradas como discapacidades. En la década de los años 1960, por ejemplo, las personas zurdas eran vistas como personas con una anomalía, siendo obligadas a escribir con la mano derecha, e incluso a veces hasta se les castigaba si no lo hacían. En los años 1980 se acepta esta cualidad como una característica física. Si determinadas herramientas, como tijeras o sacacorchos se crean para personas diestras, una persona zurda se percibirá a sí misma como una persona con discapacidad, puesto que es incapaz de realizar ciertas acciones y necesita ayuda de otras personas, perdiendo su autonomía.
En la sociedad actual existe una tendencia a adaptar el entorno y los espacios públicos a las necesidades de las personas con diversidad visual, a fin de evitar su exclusión social, pues una discapacidad se percibe como tal en tanto que la persona es incapaz de interactuar por sí misma con su propio entorno.
La Ley para las personas con discapacidad en Venezuela, publicada en Gaceta Oficial el 5 de enero de 2007, plantea en el artículo 6 el siguiente concepto de personas con discapacidad: Se consideran personas con discapacidad quienes por causas congénitas o adquiridas, presenten alguna disfunción o ausencia de sus capacidades de orden físico, mental, intelectual, sensorial o combinaciones de ellas; de carácter temporal, permanente o intermitente, que al interactuar con diversas barreras impliquen desventajas que dificultan o impidan su participación, inclusión e integración a la vida familiar y social, así como el ejercicio pleno de sus derechos humanos en igualdad de condiciones con los demás.
A la par, el Diccionario de la Real Academia Española define al invidente, o ciego, como aquél “privado de la vista”. (Disponible en: http://buscon.rae.es/ draeI/ SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=ciego).
Según la Organización Mundial de la Salud, “en el mundo hay más de 161 millones de personas con discapacidad visual: 124 millones tienen una visión reducida y 37 millones están ciegas (...) Venezuela no escapa a esta realidad y es así como el 1% de la población sufre de ceguera”. (Tomado de: http://www.who.int/topics/blindness/es/).
Dentro de los números expuestos anteriormente no sólo se encuentran las personas totalmente ciegas, sino también aquellos que sufren de ceguera parcial; de igual forma este conjunto se ve afectado por la exclusión social dentro de su día a día.
Basado en esta realidad planteada por la OMS, es necesario darse cuenta que las personas con diversidad visual tienen las mismas oportunidades de desarrollarse en cualquier ámbito laboral con la asistencia especializada. Para dar a conocer más acerca de este tema se decretó en Gaceta Oficial la Ley para las personas con discapacidad, mencionada anteriormente.
El beneficio principal de este decreto es que mediante él se permite la incorporación al campo laboral de los individuos discapacitados, así como la concienciación por parte de la población de cómo tratar a los discapacitados sin relegarlos por su condición. Esta ventaja se presenta en el Artículo 28 de la Ley para las Personas con Discapacidad de la siguiente forma:
Los órganos y entes de la Administración Pública y privada, así como las empresas públicas privadas o mixtas, deberán incorporar a sus planteles de trabajo no menos de un cinco por ciento (5 %) de personas con discapacidad permanente, de su nómina total, sean ellos ejecutivos, ejecutivas, empleados, empleadas, obreros u obreras. No podrá oponerse argumentación alguna que discrimine, condicione o pretenda impedir el empleo de personas con discapacidad.
Con respecto a los medios de comunicación que es el terreno profesional que compete dentro de esta investigación, en Venezuela la presencia de las personas con discapacidad visual dentro de ellos es muy escasa.
A pesar de que en Venezuela hay organizaciones dedicadas a prestar servicio a los invidentes, como el Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad (Conapdis), la Sociedad Amigos de los Ciegos, entre otros, aún no se ha creado un vehículo mediante el cual puedan expresarse y que llegue directamente a la población.
Es cierto que existen pequeños espacios hechos por personas invidentes, así como también campañas comunicacionales realizadas por Conapdis  dedicadas a la promoción de los derechos de los discapacitados; sin embargo, es necesario difundir mensajes concisos e informativos, donde los protagonistas sean personas con discapacidad visual y se expongan contenidos referentes a este tema. Por tanto, el micro radiofónico es una excelente opción. ¿Cómo debe tratarse a una persona con discapacidad visual? ¿Cómo es la vida cotidiana de una persona invidente? Estas interrogantes remiten inmediatamente a otra: ¿Cuál es el propósito de la creación de un espacio radial realizado por y para invidentes?

Este proyecto es de gran utilidad para que aquellas personas que no se ven afectadas por esta discapacidad, que no conocen acerca de ella y no se han dado cuenta que forma parte de la cotidianidad, se sensibilicen, estén más informados al respecto y conozcan todo lo relacionado con la terminología, el modo de tratar a estas personas y como ayudarlas a desarrollarse en cualquier aspecto que deseen, tanto laboral, como personal.