La diversidad visual es una realidad
humana percibida de manera diferente en diferentes períodos históricos y
civilizaciones. La visión que se le ha dado a lo largo del siglo XX estaba
relacionada con una condición considerada deteriorada respecto del estándar
general de un individuo o de su grupo. El término, de uso frecuente, se refiere al
funcionamiento individual e incluye discapacidad física,
discapacidad
sensorial, discapacidad
cognitiva, discapacidad
intelectual, enfermedad mental y varios tipos de enfermedad crónica.
Por el contrario, la visión basada en
los derechos humanos o modelos sociales introduce el estudio de la interacción
entre una persona con diversidad y su ambiente; principalmente el papel de una
sociedad en definir, causar o mantener la diversidad dentro de esa sociedad,
incluyendo actitudes o unas normas de accesibilidad que favorecen a una mayoría en
detrimento de una minoría.
También se dice que una persona tiene
una diversidad si física
o mentalmente tiene una función intelectual básica limitada respecto de la
media o anulada por completo.
La evolución de la sociedad ha ido mejorando desde
los años 1980 y se han desarrollado modelos sociales
de discapacidad que añaden nuevas apreciaciones al término. Por ejemplo, se
distingue entre un discapacitado (cuya habilidad es objetivamente menor que la
de la media) y una persona con capacidades distintas de las normales y que
-aunque no representa ninguna ventaja o inconveniente- a menudo es considerado
un problema debido a la actitud de la sociedad o el hecho de que los estándares
están basados en características medias.
Estos cambios de actitud han
posibilitado cambios en la comprensión de determinadas características físicas
que antes eran consideradas como discapacidades. En la década de los años 1960,
por ejemplo, las personas
zurdas eran
vistas como personas con una anomalía, siendo obligadas a escribir con la mano
derecha, e incluso a veces hasta se les castigaba si no lo hacían. En los años 1980 se acepta esta cualidad como una
característica física. Si determinadas herramientas, como tijeras o sacacorchos
se crean para personas diestras,
una persona zurda se percibirá a sí misma como una persona con discapacidad,
puesto que es incapaz de realizar ciertas acciones y necesita ayuda de otras personas,
perdiendo su autonomía.
En la sociedad actual existe una
tendencia a adaptar el entorno y los espacios públicos a las necesidades de las
personas con diversidad visual, a fin de evitar su exclusión social, pues una
discapacidad se percibe como tal en tanto que la persona es incapaz de
interactuar por sí misma con su propio entorno.
La Ley para las personas
con discapacidad en Venezuela, publicada en Gaceta Oficial el 5 de enero de
2007, plantea en el artículo 6 el siguiente concepto de personas con
discapacidad: Se consideran personas con discapacidad quienes por causas
congénitas o adquiridas, presenten alguna disfunción o ausencia de sus
capacidades de orden físico, mental, intelectual, sensorial o combinaciones de
ellas; de carácter temporal, permanente o intermitente, que al interactuar con
diversas barreras impliquen desventajas que dificultan o impidan su participación,
inclusión e integración a la vida familiar y social, así como el ejercicio
pleno de sus derechos humanos en igualdad de condiciones con los demás.
A la par, el Diccionario
de la Real Academia Española define al invidente, o ciego, como aquél “privado
de la vista”. (Disponible en: http://buscon.rae.es/ draeI/
SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=ciego).
Según la Organización
Mundial de la Salud, “en el mundo hay más de 161 millones de personas con
discapacidad visual: 124 millones tienen una visión reducida y 37 millones
están ciegas (...) Venezuela no escapa a esta realidad y es así como el 1% de
la población sufre de ceguera”. (Tomado de: http://www.who.int/topics/blindness/es/).
Dentro de los números
expuestos anteriormente no sólo se encuentran las personas totalmente ciegas,
sino también aquellos que sufren de ceguera parcial; de igual forma este
conjunto se ve afectado por la exclusión social dentro de su día a día.
Basado en esta realidad
planteada por la OMS, es necesario darse cuenta que las personas con diversidad
visual tienen las mismas oportunidades de desarrollarse en cualquier ámbito
laboral con la asistencia especializada. Para dar a conocer más acerca de este
tema se decretó en Gaceta Oficial la Ley para las personas con discapacidad,
mencionada anteriormente.
El beneficio principal de
este decreto es que mediante él se permite la incorporación al campo laboral de
los individuos discapacitados, así como la concienciación por parte de la
población de cómo tratar a los discapacitados sin relegarlos por su condición.
Esta ventaja se presenta en el Artículo 28 de la Ley para las Personas con
Discapacidad de la siguiente forma:
Los órganos y entes de la
Administración Pública y privada, así como las empresas públicas privadas o
mixtas, deberán incorporar a sus planteles de trabajo no menos de un cinco por
ciento (5 %) de personas con discapacidad permanente, de su nómina total, sean
ellos ejecutivos, ejecutivas, empleados, empleadas, obreros u obreras. No podrá
oponerse argumentación alguna que discrimine, condicione o pretenda impedir el
empleo de personas con discapacidad.
Con respecto a los medios
de comunicación que es el terreno profesional que compete dentro de esta
investigación, en Venezuela la presencia de las personas con discapacidad
visual dentro de ellos es muy escasa.
A pesar de que en
Venezuela hay organizaciones dedicadas a prestar servicio a los invidentes,
como el Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad (Conapdis), la
Sociedad Amigos de los Ciegos, entre otros, aún no se ha creado un vehículo
mediante el cual puedan expresarse y que llegue directamente a la población.
Es cierto que existen
pequeños espacios hechos por personas invidentes, así como también campañas
comunicacionales realizadas por Conapdis
dedicadas a la promoción de los derechos de los discapacitados; sin
embargo, es necesario difundir mensajes concisos e informativos, donde los
protagonistas sean personas con discapacidad visual y se expongan contenidos
referentes a este tema. Por tanto, el micro radiofónico es una excelente
opción. ¿Cómo debe tratarse a una persona con discapacidad visual? ¿Cómo es la vida
cotidiana de una persona invidente? Estas interrogantes remiten inmediatamente
a otra: ¿Cuál es el propósito de la creación de un espacio radial realizado por
y para invidentes?
Este proyecto es de gran
utilidad para que aquellas personas que no se ven afectadas por esta
discapacidad, que no conocen acerca de ella y no se han dado cuenta que forma
parte de la cotidianidad, se sensibilicen, estén más informados al respecto y
conozcan todo lo relacionado con la terminología, el modo de tratar a estas personas
y como ayudarlas a desarrollarse en cualquier aspecto que deseen, tanto
laboral, como personal.